La Directiva 2024/2881/UE actualiza los estándares de calidad del aire en la Unión Europea, con el fin de proteger mejor la salud pública. Su meta principal es alinear los niveles de contaminantes con las recomendaciones más recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Entre los principales cambios está la reducción de los valores límite para contaminantes clave como el dióxido de nitrógeno (NO2) y las partículas finas (PM2.5), que deberán cumplir niveles mucho más bajos para el año 2030.

Se introducen nuevos umbrales de información y de alerta para advertir a la población en caso de contaminación elevada, lo que permitirá actuar con mayor rapidez ante episodios críticos.

La directiva exige una red de medición más completa, con estaciones en ciudades de más de 100,000 habitantes y también en zonas rurales, para obtener datos más representativos y fiables.