Del preámbulo de la Ley 29/1985 de Aguas: “El agua es un recurso natural escaso, indispensable para la vida y para el ejercicio de la inmensa mayoría de actividades económicas: es irreemplazable, no ampliable por la mera voluntad del hombre, irregular en su forma de presentarse en el tiempo y en el espacio, fácilmente vulnerable y susceptible de usos sucesivos.”

Proporcionar ese recurso vital para la actividad socioeconómica con respeto al medio ambiente es precisamente lo que se pretende desde el sistema español de gobernanza del agua (SEGA) que implica a muchos sectores y agentes. El SEGA es un ejemplo de éxito, un ejemplo de la capacidad de adaptación al medio a partir de un sistema de gestión basado en la planificación, en la participación pública, en las obras hidráulicas, en el desarrollo tecnológico y la innovación.

De todo ello se habla en este segundo informe de los Usos del Agua en España (correspondiente al año 2022/2023) que, siguiendo la línea del anterior, es una propuesta anual de la Dirección General del Agua que relaciona los diferentes usos reales con la gestión de las demandas, que cada año han de adaptarse a la realidad respecto a las contempladas en los planes hidrológicos de cuenca. Adaptación a la que se llega gracias a la ingente y abnegada labor desarrollada y que se refleja en los datos recopilados de las Confederaciones hidrográficas a partir de los mecanismos de control existentes, y como resultado de su actividad de gestión de recursos hídricos en explotación.

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